Recuento
Escribir, lo único que la separa de la locura.
Los afectos van y vienen del mar a la montaña,
suben en espiral desde los pies calientes,
se demoran lo que deben en el estómago,
suben a la cabeza fría y salen rugiendo
como lava del corazón en llamas.
Llegan a la página en blanco y dejan
su definitiva hermosura en la mente de millones
que la lean en todos los puntos de la tierra.
En mis sueños persistentes, llevo un lapicero
a la tumba de Margarita Duras, en París,
para que siga escribiendo más allá de la muerte.
***
Inédito
_______Publicación extraída de Códice N° 1 – Año 1 – Nueva Época 2022_______



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